Un papá genial
La enfermera entró a la habitación con una cuna y nuestro bebé dentro. Al tratar de dármelo mi reacción fue de nervios por cargarlo, mi esposo no lo dudo ni un segundo y se abalanzó a recibirlo. La confianza con la que lo sostuvo y se lo acomodó me dio seguridad. Es una imagen que jamás se va de mi memoria, los ojos le brillaban, su sonrisa era gigante. Por fin se había convertido en Papá.
Y digo “por fin” porque él es una de esas pocas personas que yo conozco que en su checklist de la vida estaba ser papá. Es complicado describirles lo que esos niños logran de él, hablo en la parte emocional, en la relación que han creado cada uno con su papá. Le han enseñado millones de cosas y él siempre ha estado abierto a aprender.
Siempre he creído que la presencia de papá es primordial en la vida de cualquier niñ@ y como si alguien le hubiera dado un curso propedéutico lo tiene tatuado, asistiendo a todos los eventos escolares, partidos de futbol, clases abiertas. No hay un tema de los niños que no haya estado. Y la cara de ellos al verlo llegar es fascinante.
Hace poco fuimos a un partido de nuestro hijo pequeño y al terminar se organizo una cascarita con los papás, alumnos y profesor. La voz de mi hijo se escuchó en todo el campo gritándole que viniera a jugar. Eso es algo que los niños no van a disimular. Aman la presencia de papá en sus vidas. Y yo amo que se tengan mutuamente.
En los temas de salud, vacunas, temas médicos papá sin duda tiene que estar en sus vidas para darles ese soporte. Recuerdo que de chiquitos le hablaban para pedirle que estuviera en sus consultas dentales y tomarles la manita mientras les hacían la limpieza. Era mágico como lograba calmarlos.
La semana pasada platicaba en terapia que notaba como mis hijos últimamente preferían pasar mas tiempo con su papá que conmigo y yo en drama total como buena “Drama Queen”. A lo que me respondieron: “Y así será en los próximos años”, tú solo estarás apoyando desde tu trinchera, pero ellos en estos momentos de adolescencia si buscan y si necesitan la presencia de papá y es bueno que la tengan, ¡Felicidades!
Siempre he pensado que la conexión entre las personas es algo que se da de manera natural, no se puede forzar. Cuando alguien quiere estar se nota, y cuando no se nota más. Y de verdad es que lo que hay entre ellos es más que una relación padre e hijos. Están tan conectados, tan cercanos que me inflan el corazón. Que Dios nos permita afianzar sus vidas para que en los momentos difíciles esa relación les sirva de salvavidas para atravesar los baches que se les presenten. Y que siempre tengan la convicción de que escuchar a papá les dará perspectiva y sabiduría.
Por eso hoy quiero felicitar al papá de mis hijos, por ser mi compañero en esta ardua labor de crianza y amor incondicional. Gracias por no perderte ni un pequeño detalle de sus vidas, por simplemente “estar” y participar en lo que vaya sucediendo. Por siempre querer saber qué les pasa. Por querer tenerlos cerca. Porque ellos son sin duda una extensión de ti, eres su modelo a seguir, su superhéroe favorito que usa casco, botas y chaleco de protección, que juega futbol, nada por horas en los días de playa y organiza pelea de almohadas. Estudia matemáticas en las semanas de exámenes y hornea galletas con chispitas de chocolate. Por dejarte sorprender con su ternura, por las lágrimas que te cubres para que nadie te vea cuando ellos están cerca y te provocan emoción. Gracias por ser el mejor papá que nuestros hijos pueden tener.
¡Feliz Día del Padre!
Con cariño,
Lu