La enfermera entró a la habitación con una cuna y nuestro bebé dentro. Al tratar de dármelo mi reacción fue de nervios por cargarlo, mi esposo no lo dudo ni un segundo y se abalanzó a recibirlo. La confianza con la que lo sostuvo y se lo acomodó me dio seguridad. Es una imagen que jamás se va de mi memoria, los ojos le brillaban, su sonrisa era gigante.
Un papá genial
Un papá genial
Un papá genial
La enfermera entró a la habitación con una cuna y nuestro bebé dentro. Al tratar de dármelo mi reacción fue de nervios por cargarlo, mi esposo no lo dudo ni un segundo y se abalanzó a recibirlo. La confianza con la que lo sostuvo y se lo acomodó me dio seguridad. Es una imagen que jamás se va de mi memoria, los ojos le brillaban, su sonrisa era gigante.